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domingo, 6 de noviembre de 2016

PEATONES EN RIESGO

Los peatones y sus derechos

Las ciudades que hemos creado a lo largo de muchos años, se estructuraron sobre un falso concepto de “modernización” basado en incorporar paulatinamente: mayor afluencia de tránsito urbano, mayor cantidad de centros comerciales y mayor acceso de los diferentes transportes, dejando de lado los derechos de los peatones, los "habitantes a pie".
El precio que hemos pagado es quedarnos, como individuos, en el último escalón de importancia en el diseño y al mismo tiempo, hemos sido avasallados por las graves consecuencias de nuestra mala verdión de desarrollo.
 Smog, polución, basura, ruidos, contaminación visual, híper consumo, devastación de áreas naturales sacrificadas en pos de la urbanización, entre otros perjuicios de los que terminamos siendo, las principales víctimas.
Los peatones expuestos al tráfico y la contaminación

Detengámonos a observar la ciudad que diariamente debemos transitar, cuando hacemos trámites, vamos a trabajar, de compras e incluso, cuando salimos a divertirnos…
Si caminamos por la vereda, hay poco espacio, pocos espacios verdes al alcance, mucho cemento recalentado por el sol de verano y en invierno, la falta o ausencia de árboles, que recrudece el frío. Los desagües son un depósito de la desidia. Los peatones  tropiezan en veredas rotas, los apurados no encuentran cómo avanzar y los que desean pasear son empujados. Las veredas de nuestras ciudades, son solamente un carril con baldosas, angosto e incómodo, por donde los transeúntes deben abrirse camino y conformarse con llegar a destino a salvo.
La vereda está justamente, a centímetros de los escapes, las bocinas y los embotellamientos, o sea del tránsito. Y sobre ella, los peatones deben sortear obstáculos, arriesgar su integridad física, esperar que el otro respete y si no respeta… a correr.
Nuestras ciudades, por las que debemos pagar desde que se crean, no contemplan la existencia de los peatones, qué ironía que no pensáramos en nosotros mismos al diseñarlas. Las más evolucionadas, llegan a incluir carriles para bicicletas, incluso sobre las grandes autopistas, construyen puentes de cruce.
Pero no se ha logrado interpretar que quienes manejan automóviles, camiones, o viajan en autobús, tren, avión, moto o bicicleta, en algún momento también son peatones, y es entonces cuando ocupan ese pequeño escalón, al final de lista de prioridades.

¿Qué necesitan los peatones?

No se trata  solamente de espacios verdes, imaginemos que una plaza es una isla, agradable y necesaria, imprescindible en realidad;  pero a su alrededor, la ciudad acecha como un mar lleno de peligros que ponen en riesgo la paz, la salud y el bienestar de los seres humanos que conforman esta sociedad.
Cuando se planificaron nuestras ciudades, no se consideró la calidad de vida de sus habitantes, como un requisito importante. Se desarrolló un engañoso concepto de desarrollo, basado más en la economía, que en el bienestar verdadero.
Por ejemplo, no se realizaron estudios sobre el efecto del sol sobre estructuras de cemento y vidrio y el calentamiento de una zona urbana. Entonces, se construyó con cemento y se elevaron inmensas torres que bloquean el paso de la brisa. Resultado para quienes caminan en la ciudad:
·         Los peatones caminan buscando cada sombra con ansiedad para evitar el calor que llega desde el piso de baldosas y cemento y de las decenas de paredes recalentadas alrededor.
·          La exposición a temperaturas elevadas, produce diversos problemas de salud, debido a que el calor aumenta la generación de procesos inflamatorios, que originan toda clase de enfermedades. 
·         Por otra parte, el congestionamiento de personas y tránsito, sumado a la ausencia de circulación de aire, aumenta las probabilidades de contagios, alergias, acidosis respiratoria, etc.
·         Aumento de la presión arterial por estrés.

Pero la salud de los individuos se refiere a otros aspectos también:
  •           Problemas de ansiedad, pánico, depresión, angustia, fobias.
  •                  Agresividad en la convivencia, debida a la falta de espacio, despersonalización en el trato, colas para todo trámite y gestión, etc.
  •             Aumento de la presión social por temas de economía y política.
  •          Inseguridad creciente, generación de desconfianza mutua, aislamiento.


Ciudades diseñadas para los ciudadanos


Aunque la economía es la base del funcionamiento de una ciudad, no es la razón ni la finalidad. La razón de que se hayan creado las ciudades, es hacer la vida más fácil, cómoda y confortable, para el bienestar de sus habitantes. La finalidad es el bien común, generar un espacio seguro, que responda a las necesidades de todos.
Pero no se cumple ni uno de estos factores, cuando la prioridad es vender, acumular, producir riqueza individual aún a costa de perjudicar a miles de personas. Esto resulta obvio, todos sabemos sobre el egoísmo humano y sus alcances.
Sin embargo, me interesa encontrar una salida, aunque todavía parezca utópica (el uso de la energía solar fue en algún momento una utopía). Hay quienes se han preocupado por los ciudadanos, y específicamente, por los peatones, los que deben caminar cada día en la ciudad. Ya hay una avanzada de ingeniería y arquitectura sustentable, que comprende las ciudades desde otro punto de vista, por ejemplo, se está construyendo una ciudad totalmente sustentable, una tarea impresionante que están llevando a cabo en forma conjunta, los gobiernos de China y Singapur, aunque su costo parece fabuloso, los resultados serán ampliamente beneficiosos para una comunidad que ya rebasó los límites de contaminación y superpoblación.

Proyecto de ciudad sustentable en China, Pekin

 Hay varios aspectos importantes al analizar el uso peatonal de una ciudad:

  •       Cómo ofrecer protección contra el tráfico creciente, evitando los accidentes: será necesario crear espacios que separen a los peatones de los vehículos, haciendo sus vías de circulación más seguras.
  •      Cómo proteger de la inseguridad, la violencia y los delitos urbanos: crear espacios peatonales iluminados, colocar botones de alarma, cámaras, vigilancia según la afluencia en diferentes horarios.
  •      Cómo aislar y proteger a los peatones de los estímulos contaminantes: precisamos espacios libres de humo, ruidos, malos olores, basura, y exceso de cartelería y publicidad visual.
  •    Cómo estimular la acción de caminar: mejorando los espacios transitables, con elementos naturales verdes, como canteros con plantas, flores y árboles, que pongan distancia entre el tráfico y el peatón.  
  •     Cómo facilitar la posición de espera, de pie: crear apoyos físicos y pequeños espacios de descanso, por donde la gente no camine, así se evita obstaculizar al que transita y se da la opción de detenerse.
  •   Cómo facilitar el descanso del peatón: generar áreas con bancos para sentarse,  colocando varios en cada cuadra.
  •    Cómo mejorar la experiencia del peatón: generar proyectos de arte, teatro música, conferencias, charlas improvisadas, de manera que los peatones puedan acceder libremente a un momento de diversión y relax.
  •    Cómo ofrecer servicios necesarios en su camino: baños químicos en condiciones, bien señalizados, cestos de residuos abundantes, mapas urbanos accesibles para todos, teléfonos públicos, etc.


Esquema de "La calle más amigable del mundo", en Chicago
Es interesante pensar que sin demasiados gastos, se podría modificar la experiencia del peatón, mejorando su calidad de vida. Una cadena de acontecimientos suceden, cuando las personas se sienten a gusto en su ciudad: es agradable cuidar y proteger el sitio en el que te sientes a gusto; la agresividad generalizada, disminuye considerablemente; la salud de la comunidad mejora; la gente puede pensar con más optimismo y claridad, facilitándose su vida laboral y sus relaciones sociales y afectivas.
La verdadera evolución va en contramano del progreso económico brutal y deshumanizado. El progreso debe incluir responsablemente la satisfacción de todas las necesidades de las personas que habitan una ciudad. La creciente idea de urbanización consciente y sustentable, permite responder a todas esas necesidades, respetando además la supervivencia y bienestar de las generaciones futuras.
Edificio amigable con el entorno y autosustentable.

 Autora: Estrella Pedroza



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