Etiquetas

domingo, 6 de noviembre de 2016







EL PUEBLO ES EL ÚNICO PROPIETARIO DEL PAÍS

El verdadero dueño del país
Nuestra sociedad se encuentra perdida en un laberinto, trazado por décadas de reafirmaciones que, en el fondo, no han sido analizadas seriamente.
Para poder explicar mi punto de vista, los llevo a imaginar una situación común y lógica: supongamos que tenemos una empresa y necesitamos un administrador que nos lleve adelante las formalidades contables, impositivas y de compromisos de pago.
Luego de un breve casting, optamos por un candidato, que dice ser administrador, contador y experto en todos los asuntos que requiere la empresa. Lo contratamos y el hombre se compromete a llevar adelante su tarea, por la que abonaremos un sueldo acorde.

Pasan seis meses, y los empleados de la empresa hacen un reclamo: se les adeudan tres meses de sueldos. También recibimos algunas cartas documento de acreedores con los que no se ha cumplido. Luego llega un aviso de la AFIP, por los impuestos que se hayan impagos, ingresos brutos, monotributo y aportes, todos se encuentran atrasados. Como si fuera poco, los servicios comienzan a ser interrumpidos uno tras otro, por falta de pago.
Mientras tanto, vemos que el señor administrador, se ha comprado una lujosa casa en la costa, le compró un autito importado a cada hijo y nos anuncia que se irá de vacaciones al exterior porque se siente estresado.
¿Qué haríamos en ese caso? Seguramente revisar las cuentas, comprobar que el tipo en cuestión nos ha robado; entonces lo despedimos al mismo tiempo que le iniciamos una demanda judicial, por la suma de los delitos que puedan imputársele, exigiendo la devolución del monto robado y una indemnización por daños y perjuicios.
El sentido común nos da todas las respuestas. Entonces… ¿por qué no utilizamos el mismo sentido común para interpretar la democracia? Es relativamente sencillo de explicar la razón: “nos mintieron desde un principio”.



La primera mentira: democracia es votar

Nos dijeron que ser democrático es ir a las urnas periódicamente y dejar todo en manos de los que elegimos como representantes. Si en el camino, dichos personajes no cumplen con lo prometido en sus plataformas, se enriquecen hasta los más bizarros límites, y hunden en la miseria a su país; si eso ocurre, pedirles que se vayan es ser golpistas, intolerantes y antidemocráticos.
Entonces, en honor a ese difuso concepto, aguantamos, gobierno tras gobierno, soportando la ineptitud, la vergüenza ante el mundo, la caída de nuestros recursos en manos oscuras. Lo soportamos todo, porque eso es la democracia… según nos enseñaron.
Pero democracia es el gobierno del pueblo, eso significa que nunca entregamos el gobierno, solamente contratamos a un equipo de administradores, QUE DEBEN CUMPLIR CON SUS FUNCIONES, respetando el patrimonio de la empresa, que es nuestro país, ellos deben llevar adelante los compromisos adquiridos, procurar el crecimiento de los recursos, para el bien de los únicos dueños de la empresa, los 40 millones de propietarios del país.


La segunda gran mentira: el mejor discurso es del mejor funcionario

Si se procuran las herramientas necesarias que garanticen el cumplimiento correcto de las tareas de los funcionarios, que tomamos como empleados, evitaremos caer una y otra vez en el mismo pantano.
Para cualquier empleo, se solicita una serie de requisitos y el que no cumple con ellos, no es considerado apto para ocupar el puesto. Entonces, imaginen los requisitos que debemos exigir a quienes se postulan para los empleos mejor pagados del país. Por lo menos: tres o cuatro idiomas, doctorado en administración pública y empresarial, conocimiento probado de política internacional, con la correspondiente certificación, y en cada ministerio debemos exigir lo mismo. Porque necesitamos expertos en las materias como seguridad, salud, cultura, recursos, diplomacia, etc.
Además, todos deberían demostrar un excelente nivel de cultura general, superior al de cualquier profesor universitario. Por último, pero no menos importante: estos empleados deben pasar exámenes de ética, estado de salud mental y rigurosas pruebas de honestidad.
Sería importante, que firmaran su renuncia y la misma estuviera en poder del defensor del pueblo, quien, a pedido de los dueños del país, la ejecute, en caso de no cumplir con los deberes correspondientes.


La tercera mentira es: democracia y condescendencia, o golpismo y “gorilismo”


¿Democracia o dictadura? Se ha popularizado, convenientemente, la idea de que si se protesta, si no se está de acuerdo, si se quiere demandar a los funcionarios, entonces se está a favor de un golpe de estado y por tanto de una dictadura.
Sin embargo, el concepto está errado otra vez. Como dije antes, democracia es el gobierno del pueblo. Siempre que no es el pueblo quien gobierna, se está en dictadura. Cuando el pueblo pierde el poder de decidir, cuando se violan los derechos, la propiedad, la libertad… se está en dictadura. Cuando el pueblo exige a gritos, el derecho al progreso, al bienestar arrebatado y en respuesta obtiene impuestazos y persecución a quienes se atreven a expresarse… estamos en dictadura. Cuando al dueño del país se le miente sistemática y deliberadamente; cuando un grupo mafioso se queda con el dinero que no le pertenece y el pueblo debe callar y soportar… estamos en dictadura.
Dictadura significa que alguien dicta arbitrariamente las reglas del juego y el resto debe acatarlas. En el juego que estamos jugando, ahora y desde hace varias décadas, el pueblo no puso las reglas. Porque a nadie del pueblo se le ocurrió jamás que es justo pagar impuesto a las ganancias con su magro sueldo, o que un jubilado cobre menos que un preso, o que un terrorista sea indemnizado, mientras miles de ancianos mueren, sin que el estado cumpla con el pago de juicios adeudados. No, señores, eso no lo elige el pueblo.
El pueblo no elige la deuda externa, que jamás se utilizó en su beneficio; el pueblo no elige que se le limite el derecho a comprar o vender lo que se le dé la gana, en la moneda en que desee, en el país que prefiera. El pueblo nunca elige ser limitado hasta el punto en que no puede adquirir medicamentos importados para sanar de un cáncer.
Y tampoco, nadie del pueblo decidió que un grupo de “empleados” suyos, se enriquezca a costillas de su empobrecimiento. Por lo tanto… estamos en dictadura desde hace demasiado tiempo. Hemos estado en dictadura, cuando hay gobiernos débiles y casi honestos, y en dictadura cuando hay gobiernos fuertes y corruptos. Lo cierto es que el pueblo nunca puso las reglas.



Expresarse, quejarse y demandar es la verdadera democracia.

Se pasan por alto demasiadas cuestiones al decir que vivimos en democracia. Si así fuera, el pueblo debería despedir a cuanto funcionario inepto, comprometa su futuro, y a cuanto político se quede con un solo peso que no le corresponde. Debería ser una obviedad incuestionable, que no se aumenten mágicamente sus patrimonios, mientras están en funciones. Su ganancia es su sueldo y su supuesta vocación de servicio por el bien común… al menos eso dicen en sus discursos, para que los votemos.
Es tiempo de asumir que vivimos en una dictadura disfrazada de democracia, desde hace tanto tiempo que ya no nos percatamos. Tal vez, la última democracia fue cuando los patriotas gritaban “Queremos saber de qué se trata” y alguien tuvo que salir a explicarles.
Hoy nadie nos explica nada, apenas nos llegan las malas nuevas que se filtran a través de algunos periodistas suicidas. Por eso el país se divide en tres: los que tienen el poder en sus manos, los que necesitan creer que tienen el poder porque viven en democracia y los que saben que las cosas huelen muy mal y sienten que no tienen poder alguno sobre lo que sucede en su país.
Si quien se opone, se queja y se expresa, es considerado un gorila… ¿cómo se denomina entonces a quien dicta leyes injustas, reprime aborígenes que reclaman sus propias tierras, persigue a los que no aplauden, y vende los recursos de un país, sin importar las opiniones de nadie? Eso ha hecho cada gobierno que hemos sufrido… hemos sido gobernados por gorilas que se golpean el pecho por años, imponiendo su voluntad, FAMILIAS ENTERAS EN EL PODER...
¿Qué haremos entonces? ¿Aguantar hasta las próximas elecciones y votar con los ojos cerrados a la mejor mentira del momento? Amigos, eso nunca ha funcionado; si no se cambian las reglas de este juego, seguiremos perdiendo indefinidamente. Debemos recuperar el control directo del poder, exigiendo capacidad, idoneidad y honestidad “comprobables” a nuestros futuros empleados.
Debemos decidir nuestro destino. Tal vez, algún experto tenga la solución exacta; a mí sólo se me ocurren algunas ideas:

  • - Un examen exhaustivo a los postulantes
  • - Un compromiso escrito de cumplimiento de sus deberes y renuncia inmediata en caso de faltar a su función, como empleado del pueblo.
  • - Una comisión a-partidaria que vigile el uso y destino de los bienes del pueblo.
  • - Un congreso formado por igual cantidad de opositores que oficialistas, para garantizar que se voten leyes según el sentido común y no por orden de un partido mayoritario.
  • - Un sistema de plebiscito electrónico a prueba de fraudes, para que el pueblo decida en cuestiones que lo afecten directamente.
  • - Un sistema de votación en elecciones y plebiscitos, a través de reconocimiento digital, para que no se vote más de una vez y que los muertos dejen de tomar parte en la democracia.
  • - Comisiones de control “anti-ñoquis” y "anti-negociados", cámaras en todas las oficinas públicas, incluidas las de la Casa Rosada. La vida en la Rosada debería ser como un “reality”, expuesto a todo el país las 24 horas. (¿Qué empresa daría a sus empleados la opción de ocultar las operaciones, que afectan a la empresa?)
En fin, si me pongo a pensar, se me ocurrirían muchas más y tal vezustedes tengan mejores ideas; sólo quisiera mostrar que existen caminos que jamás recorrimos, que hay opciones que nunca nos dieron, que hemos sido manipulados por un pequeño grupo, y nosotros somos millones, y somos los únicos dueños, los legítimos propietarios de nuestro país.
La democracia es mucho más y es mejor que cualquier otro sistema, siempre que sea real.





El verdadero poder es del pueblo


NOTA; escrito en 2014.... y sigue vigente, gobierne quien gobierne.













No hay comentarios.:

Publicar un comentario